El confort del hogar depende de un sistema hace necesario una temperatura adecuada. Existen múltiples sistemas para que en una vivienda se disfrute de una temperatura agradable. Tanto para enfriar, como para calentar, la climatización depende en gran medida de tener un sistema que nos permita contrarrestar los efectos de la climatología. En este artículo, vamos a analizar dos de ellos: calderas de gas y bombas de calor aerotérmicas. Sigue leyendo para conocer sus ventajas y desventajas. 

Caldera de gas: funciones y categorías

Las calderas de gas basan su funcionamiento en producir calor a través de la combustión. Para que acceda a la caldera, el gas es transportado por tuberías y, posteriormente, es quemado para producir calor. El calor generado fluye mediante los gases de combustión hasta un intercambiador de calor, lugar donde hay agua circulando. Este mismo principio se aplica también para suministrar agua caliente a edificaciones enteras.

Existen diferentes tipos de categoría. Podemos diferenciarlas conforme a tres configuraciones: por su tipo, por su sistema de combustión o por su funcionamiento. En el presente artículo, abordaremos las categorías basadas en el sistema de combustión y su funcionamiento puesto que su capacidad productiva y eficacia, en ocasiones generan dudas:

La configuración de las calderas, nos permiten distinguir tres tipos de sistema

Estancas: Este tipo es el más tradicional y ofrece un rendimiento que puede alcanzar el 90%.

De condensación: Su operación es simple. Un ventilador eléctrico condensa el vapor de agua en el gas de combustión. Cuando el vapor genera calor, es aprovechado para realizar un precalentamiento del agua que accede al sistema. Por lo tanto, al precalentar el agua se reducen los saltos térmicos y, de esta forma, se incrementa el rendimiento y se ahorra en combustible.

De bajo NOx: deben su nombre a que porque consiguen reducir la emisión de los gases NOx. Su funcionamiento dista de las calderas de condensación pero, sin embargo, logran superar al funcionamiento de las herméticas.

Las calderas pueden emitir gases contaminantes. Utilizan gas natural, o butano y, por lo tanto, su reacción con el oxígeno, da lugar a contaminantes como el CO2, NOX, o SO2. Una vez captados estos gases, son liberados y alcanzan la atmósfera. Los efectos de estos gases son: el CO2 contribuye al cambio climático, el NOX al smog fotoquímico, mientras que el SO2 puede producir lluvia ácida.

Aerotermia, rendimiento y sostenibilidad

La aerotermia nos ofrece climatización de nuestra vivienda y agua caliente sanitaria. Para lograr calentar la vivienda, aprovecha el calor que se encuentra en el exterior de la misma. Sin embargo, si se trata de enfriar el ambiente, extrae la energía térmica que se encuentra dentro de la estancia. Desarrolla su operación a través de una bomba de calor que aumenta la temperatura de un fluido refrigerante que circula a través de un circuito.

Aerotermia es sinónimo de rendimiento. Ofrece una gran eficiencia en la climatización que le permite que, por cada 1 kWh consumido, sea capaz de generar entre 2 y 6 kWh de calor. Además, su eficiencia máxima es hasta del 600%. En su operación no requiere combustibles fósiles ni produce contaminación alguna. De esta forma, la aerotermia es un sistema que nos ayuda a cuidar de nuestro medio ambiente.

La aerotermia no necesita combustibles fósiles ni produce contaminación alguna

Existen considerables diferencias entre ambos sistemas. Partiendo de que ambos sistemas suponen un gasto diferente de inversión, la productividad de la aerotermia oscila entre el 200 y el 600%, mientras que la caldera ronda entre 104 y 110%. De ambos sistemas es posible obtener agua caliente sanitaria, aunque solo la aerotermia sirve para enfriar el ambiente de una vivienda. En cuanto a los suministros, si bien ambos consumen electricidad, solo la caldera necesita combustibles fósiles.

Las diferencias también llegan al plano sostenible. En el caso de la caldera, existen propias emisiones al aire que no se producen con un sistema de aerotermia a causa de los combustibles empleados. Por otra parte, el consumo de electricidad tiene consecuentes emisiones derivadas de esa energía en ambos sistemas. Finalmente, es necesario señalar que, el proceso de quema que se lleva a cabo en las calderas, representa un riesgo asociado. 

La quema en la caldera representa un riesgo asociado a ello

A la hora de optar por un sistema, deben valorarse diferentes aspectos. Si bien la bomba de calor ayuda a ahorrar y a la sostenibilidad, también representa un mayor coste de inversión. Por otra parte, la caldera, representa un menor importe, sin embargo, ofrece un menor rendimiento y emite contaminantes.

Conclusión

La aerotermia ayuda a ahorrar y a ser sostenible. Como hemos podido ver, una bomba de calor impulsada por aire, nos ayuda a cuidar del medioambiente y a ahorrar. Sin embargo, instalar un sistema de este tipo, representa una inversión. Por otro lado, la caldera de condensación ofrece un menor rendimiento y, además, produce contaminantes que llegan a la atmósfera. Sin embargo, este último caso, supone también una menor inversión.

La energía solar es el complemento perfecto de la aerotermia. Por lo tanto, si tenemos una instalación fotovoltaica de autoconsumo e instalamos aerotermia, veremos reducirse el plazo de retorno de la inversión. De esta forma, dos tecnologías que buscan la sostenibilidad, se complementan para ofrecernos las ventajas de la sostenibilidad aplicadas al confort en el hogar.

Combinar aerotermia y energía solar nos ayudará a ver reducir el plazo de retorno de la inversión

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